Duarte, Bajo Runa.- “Papi, yo aquí no le voy a dar a ustedes lo que yo quiero darles, aquí no hay oportunidades; yo me quiero ir”, era lo que decía Jacqueline Hiciano, una de las víctimas identificadas el sábado en el naufragio en las costas de Puerto Rico; razón que, según su padre Adrián Hiciano, la motivó a emprender el viaje.

En un pueblo del municipio de Villa Riva, trayecto arriba por calles arruinadas por evidentes intervenciones, vivía con sus dos hijos Jacqueline Hiciano Pichardo, de 42 años; allí donde, según comentan las fuentes, son frecuentes los rumores de embarcaciones que zarpan rumbo a otra patria. Fue en una de estas que salió el pasado miércoles con dirección hacia la vecina isla Puerto Rico en conjunto con más de una docena de personas, quienes anhelaban “un mejor porvenir”.

El día que se marchó, lo hizo sin decir palabra. A pesar de que la dama vivía fuera de su casa de crianza, su padre, Adrián Hiciano, entre los gritos de los allegados que se reunieron para darle un último adiós, cuenta que siempre iba de visita en las mañanas a ayudar a su madre con los quehaceres del hogar. Sin embargo, ese día nunca llegó, lo que les indicaba que su hija había cumplido su promesa de marcharse.

“Hoy uno no quisiera decir, y le da hasta impotencia hablar, que una muchacha joven, de ideas claras, que con tanto sacrificio se preparó para estudiar, se quede con un título de profesora debajo del brazo porque en su país no se le puede dar trabajo”, expresó el Hiciano con lágrimas en la mirada, quien vio por última vez a su hija el pasado martes.

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